En los niños, la arteterapia se utiliza habitualmente en casos de abusos físicos, psicológicos o sexuales, pérdida de familiares cercanos, pacientes con TDAH, trastorno del espectro autista, síndrome de Asperger, fracaso escolar por causas desconocidas, etcétera.
Además, es una terapia idónea para los niños que tienen problemas de expresión oral –como en la etapa de Educación Infantil, los habituales retrasos simples del lenguaje– o aquellos que son muy introvertidos.
La terapeuta suiza Ursula Tappolet, en su libro 'Las marionetas en la educación', señala que “traumatizar a un niño es relativamente fácil, pero el recuperarlo después es largo y penoso”. Y esta frase muestra lo arduo que es el proceso de rehabilitación en los niños de aquellos traumas que les atormentan.
Y gracias a la arteterapia, y a través de una metodología entretenida y lúdica, los pequeños pueden expresar su mundo interior y todos los procesos emocionales que viven y que, muchas veces, no son capaces de verbalizar. Así, gracias a la expresión artística, se llega a donde no es posible de otras maneras.
Fuente: webconsultas