El uso terapéutico del Arte es eficaz para niños, adolescentes y adultos tanto en procesos de crecimiento personal como en ámbitos institucionales: hospitales, casas de acogida, centros educativos, cárceles, geriátricos, etc., para intervenir en el tratamiento de:
- Dificultades sensoriales, físicas, motóras o de adaptación social.
- Alteraciones psíquicas (psicopatologías, síndrome de Down, autismo, Alhzeimer, trastornos de alimentación e imagen corporal, adicciones…).
- Dificultades ocasionales de ansiedad o depresión, inestabilidad emocional, control del estrés y refuerzo de autoestima.
- Enfermedades prolongadas o terminales.
- Problemas de carácter social (violencia doméstica, niños con problemas, adolescentes conflictivos, refugiados, inmigrantes, reclusos…).