Cada sesión es única y diferente, es algo que está vivo y varía en función de la persona, del contenido a trabajar, del ambiente, del recorrido terapéutico, de muchos factores.
Suele tener una duración aproximada de 1 hora, en la que la/el terapeuta acompaña a la persona en lo que necesite revisar, poniendo a disposición las herramientas creativas, dentro de lo que llamamos un encuadre terapéutico (lo que sería el contenedor, las normas y condiciones para que sea un espacio ético y seguro). Con el objetivo de ayudar a que la persona recoja y elabore algo de lo que experimente en sesión, y lo lleve a su vida para nutrirse con ello.
Una sesión de arteterapia individual puede seguir la siguiente estructura, aunque no siempre se da de la misma manera: